SIN LEÓN NO HUBIERA ESPAÑA, QUE ANTES QUE CASTILLA LEYES,CONCILIOS, FUEROS Y REYES DIERON PRESTIGIO A LEÓN...
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viernes, 28 de noviembre de 2014

ORDOÑO II, REY DE LEÓN ENTRE LOS AÑOS 914 Y 924

 Hace unos meses inicié esta serie, sobre los reyes leoneses, con García I, que fue el primer Rey de León. Hoy, diremos algo del segundo, Ordoño II.

Era hijo del monarca asturiano Alfonso III el Magno y de la esposa de éste, Jimena. 


 Hacia el año 896 Ordoño contrajo matrimonio con Elvira Menéndez, perteneciente  a una de las familias gallegas más importantes de la época, y poco después, en el año 897, fue nombrado por su padre gobernador de Galicia. fue capaz de imponer su autoridad en el territorio y sometió al pago de tributo a todas las ciudades, ganándose además el respeto y el cariño de todos sus súbditos. 
                                       

No se sabe a ciencia cierta el papel que jugó Ordoño en la rebelión de su hermano García contra su padre, y que le obligó a dejar el poder, se sabe que directamente no participó pero tampoco hizo nada por evitarlo.

En el año 913 inició una nueva expedición militar por tierras de Al-Andalus, que en esta ocasión le llevó a Extremadura, concretamente a la ciudad de Evora, donde los ejércitos cristianos obtuvieron una importante victoria. 
Tras la muerte de García I, Ordoño fue coronado solemnemente en la ciudad de León  en el año 914. S e comprometió  entonces a financiar la construcción de una catedral para la capital del reino, cediendo para ello sus palacios a la sede legionense, y además hizo todo lo posible por reorganizar el territorio de la diócesis, por lo que también financió la reconstrucción de iglesias y conventos. 
 Aprovechando los efectos que las sucesivas victorias obtenidas sobre los árabes habían tenido en la moral de sus hombres, Ordoño decidió en la primavera del año 918 llevar a cabo una nueva campaña en contra de la ciudad de Nájera, en compañía de su aliado el rey Sancho Garcés I de Navarra. Pero en esta ocasión no obtuvo los resultados que esperaba, ya que tras conseguir un cuantioso botín en Nájera y en Tudela, sus tropas sufrieron un tremendo revés en la batalla de Mutonia. 
El 23 de abril del año 920, Abd al-Rahman III,partió de Córdoba al mando de un poderoso ejército, enfrentándose finalmente a las tropas de Ordoño y de Sancho Garcés en la batalla de Valdejunquera, donde obtuvo una importante victoria. Poco tiempo después, ambos monarcas pudieron reorganizar su ejército y marcharon sobre Guadalajara donde lograron obtener un cuantioso botín. Luego Ordoño II partió hacia la ciudad de Zamora, donde a su llegada recibió con gran tristeza la noticia de la muerte de su esposa, la cual había sido la madre de sus 5 hijos: Sancho, Alfonso, Ramiro, García y Jimena.
Después, fue  a Castilla para acabar con la rebeldía de algunos condes de este territorio. Al llegar a Burgos convocó una reunión en Tejar, lugar donde fueron detenidos poco después los condes Nuño Fernández, Aboldomar Albo y su hijo Diego, y Fernando Ansúez, aunque no duró mucho su cautiverio. Por estas mismas fechas contrajo matrimonio por segunda vez el monarca con una joven llamada Aragonta González, la cual fue repudiada poco tiempo después.
Retomó su actividad guerrera a finales del verano del 923, puesto que decidió acudir a Navarra para respaldar al monarca de este territorio, en los planes que tenía de atacar las fortalezas de Viguera y Nájera. Ambos monarcas obtuvieron notables resultados en sus campañas y Ordoño II, en agradecimiento por su triunfo, fundó del monasterio de Santa Coloma. Las relaciones entre ambos reinos no podían ser más cordiales, y se concertó el matrimonio del monarca con una de las hijas de Sancho Garcés, doña Sancha, la cual se convirtió en su tercera esposa ese mismo año, aunque la unión duró apenas unos meses puesto que Ordoño falleció a principios del verano siguiente (924).
La muerte de Ordoño II se produjo por causas naturales en torno al 20 de junio del año 924, en la ciudad de Zamora, cuando contaba con 52 años. Sus restos mortales fueron trasladados a la ciudad de León, donde fueron enterrados en la iglesia del Salvador. Pocos días después su hermano Fruela II se proclamó rey.