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jueves, 11 de octubre de 2012





El héroe de la gasolineraFoto que recoge el momento del traslado al Hospital.




Yonathan Gil Domínguez, un empleado de la gasolinera de Puente Castro, salvó el lunes la vida de un hombre que cayó al suelo víctima de un infarto al corazón. Yonathan, de 40 años, casado y vecino de Onzonilla, utilizó las técnicas básicas de reanimación (masaje cardíaco y boca a boca) que aprendió en el curso de socorrista y en su preparación como técnico sanitario. Pero la crisis económica y los recortes lo dejaron fuera del sector sanitario tras pasar un año de preparación en una ambulancia del 112. Los conocimientos adquiridos en los meses de preparación, en los que nunca tuvo que enfrentarse en solitario a la muerte, le han salvado la vida a un hombre de nacionalidad rumana que el lunes a las 17.00 horas paró en la estación de Puente Castro y sufrió un infarto agudo mientras repostaba gasolina.
«Le estaba sirviendo mi compañera. Yo estaba dentro y me llamó. Acababa de sufrir el infarto y esos primeros minutos son esenciales para salvar la vida de una persona». Yonathan no lo dudó y durante diez minutos, tiempo que tardó en llegar la ambulancia, puso en práctica los conocimientos adquiridos en reanimación cardíaca. «No podía parar ni un momento». Agotado y mojado en sudor por el esfuerzo, declinó la invitación de un agente de policía para sustituirle. «No podía parar. En dos ocasiones le perdí el pulso, pero luego lo recuperamos», asegura, «si se cambia el ritmo del masaje puede ser perjudicial». Mientras él practicaba la reanimación, la propietaria de la gasolinera, Jacqueline Castro, controlaba el pulso al paciente. «Tenía muy poquito y creímos perderlo», recuerda, «pero él no flaqueó ni un momento».
Yonathan recuerda a su paciente como un hombre de entre 55 y los 60 años «tenía una barriga prominente y era asmático, según me dijo el compañero que venía con él en el coche».
Cuando llegó la ambulancia lo estabilizaron con un desfibrilador, pero de nada hubiera servido si Yonathan no hubiese antes abonado el camino. «Mañana iré a verlo al Hospital. Hoy no he podido porque tenía que trabajar».

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