PALACIO EPISCOPAL
En abril del año 916, Ordoño II, donó a la iglesia los palacios que sus antecesores tenían en la ciudad. Uno de ellos, se convirtió en Palacio Episcopal. Junto a la Catedral.
Estuvo unido a ella por un pasadizo sobre la puerta de la muralla, que desgraciadamente en 1910 fue demolido.
A lo largo de su historia, ha sido remodelado varias veces por lo que cuenta con elementos desde el románico hasta otros del S. XVIII. En la parte oriental, incorpora la muralla romano-medieval desde Puerta Obispo hasta la Torre de los Ponce, en la que está instalado el Archivo Diocesano.
Llama la atención el claustro, con sus columnas de piedra sobre las que se asientan vigas de madera vista, que sostienen la primera planta. El suelo se cubrió en la última reforma con piedra de León.
Hay otros elementos que decoran el claustro, las sala y los pasillos que proceden de distintos lugares de la diócesis de León.
Las estancias más nobles están en el primer piso y se construyeron en el S. XVII cuando era Obispo Bartolomé Santos de Risoba.
Además de ser la residencia del Obispo, alberga las oficinas de la Curia, la Administración, el Archivo Diocesano y la Biblioteca.
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